YEMAYA
Historia
Yemayá (Yemojá, Yemanja, o Ymoya), es una orisha originalmente de la religión yoruba (un gran grupo etno-lingüístico del oeste de África), la cual ha tomado un lugar prominente en muchas de las religiones afroamericanas. Los africanos provenientes del territorio yoruba (suroeste de Nigeria, Benín y Togo) trajeron a Yemayá/Yemojá y una variedad de otras deidades, energías naturales con ellos cuando llegaron a las costas de América como esclavos. Yemayá es el océano, la esencia de la maternidad y protectora de los recién nacidos, entre otras características. Se sincretiza en Cuba con La Virgen de Regla.
En la mitología yoruba, Yemayá es la diosa madre; patrona de las mujeres, en especial de las mujeres embarazadas; y del rio Oshun. En algunas historias sus padres son Oduduwa y Obatalá. Hay muchas historias acerca de como ella llego a ser la madre de todos los Orishas. Estaba casada con Aganju y con él tuvo un hijo, Orunga y quince Orisha nacieron de ella además de este. Incluidos están Ogun, Oshun, Shopona y Shango.
Otras historias proclaman que ella estuvo presente al principio del mundo y que todo lo que vive proviene de ella, incluido los Orishas.
Su nombre es una contracción de las palabras Yorubas: “Yeye emo ja” que quieren decir “Madre cuyos hijos son como los peces”. Esto representa la vastedad de su maternidad, cuan fecunda es, y su reino sobre todas las cosas vivas.
Yemayá es celebrada en Ifa como Yemojá.
Yemaya, la madre de las aguas, es conocida como la Diosa del Agua Salada, Diosa del Encuentro de las Aguas del Río y del Mar, Emperatriz de las Aguas, Reina del Mar, Diosa de la Fecundidad, Madre Primordial y Señora de la Vida. De ella nació todo lo que se conoce.
Yemaya es la reina primigenia, la diosa sagrada de origen africano que se trasladó a países americanos como Brasil, Colombia y Cuba, entre otros. Es la dueña de las riquezas de todos los mares y océanos, de sus perlas, conchas, caracoles, corales y peces. Es natural de Obeokuta, pero sus adoradores principales son del pueblo de Egbado. En los primeros tiempos se la conoció como Ymoja, una de las más grandes diosas de Nigeria, de África y de la diáspora. Se le describe como una sirena sobre una concha, de resplandeciente belleza y alegría en los océanos. El azul y el celeste, así como las perlas le dan el rango de emperatriz del sentir, y los tonos plateados simbolizan la Luna creciente.
Yemanya diosa mayor de los Orishas y Madre de todos los Orishas, es hija de Olokúm (Dios del Mar). Es la fuente de todas las riquezas, las cuales comparte con su hermana Oxum.
Representa el misterio de lo profundo que envuelve a la tierra, rodeada de mares y océanos. Se la asocia a la gestación, a la maternidad y es caracterizada por su fuerza y su determinación, así como por su sentido de la amistad. Representa la mar en calma y tormentosa. Simboliza la maternidad por excelencia. Es la fuerza progenitora, madre de todos los seres humanos. Se la simboliza como una mujer alta, risueña, sabia y con porte de reina, es de carácter orgulloso, indomable, astuto y arrogante. Sus colores son el azul y el blanco, los colores del mar y la espuma. Sus símbolos el abebé, un abanico redondo de metal plateado con la figura de una sirena o un pez, y el axé, una piedra blanca venida de las profundidades, que se guarda en una porcelana azul, rodeada de otros elementos de mar. Danza con un abanico de metal blanco en las manos imitando el movimiento de las aguas y el vaivén de las olas del mar.
Es la Reina del Amor por excelencia, enseñó a todos los demás lo que es el amor. Su bondad y nobleza la distinguen ante la humanidad. Pero, cuando se enfada es irrefrenable e implacable con quién la indignó, aunque sus castigos siempre llevan el peso de la justicia. Su palabra es sagrada.
Domina la creatividad y a la madre natura. Ella manda sobre cada criatura del océano, y trae las lluvias para nutrir la tierra. Dado que el océano es análogo a las aguas que nutren la vida en el vientre de la mujer, Yemaya también reina sobre la fertilidad. Es por eso que es a ella a quien se le ruega cuando se tiene problemas con el embarazo. Como madre, tiene la gloria de ser comprensiva con sus hijos. Se le toma como invocadora de la femineidad. Posee las características propias de la Luna.
Yemaya es quién reina en el mar con su misericordia y milagros. Se le considera protectora de los barcos y patrona de los pescadores, también es dueña de los frutos del mar. Entre los pescadores existe la creencia que cuando hay tormentas fuertes es señal que Yemaya está enojada por algo que ocurrió o porque no le ofrendaron algo que le prometieron. Existe una tradición que cada vez que uno visita el mar si tira una perla por cada ser querido que uno tiene y le asegura que este va a estar bien todo el año. Su día es el sábado.
Como Yemaya es coqueta, adora los collares, los pendientes, los perfumes y las flores, ese día cada mujer construye una pequeña barca y la carga de regalos, mientras en la orilla, alrededor de una fogata o entre velas encendidas, los fieles, vestidos con túnicas blancas, piden deseos y entonan cánticos para alabarla, mientras echan al mar las ofrendas. Terminada la ceremonia se alejan sin dejar de mirar al horizonte, para no dar la espalda a la Diosa. Si el mar se lleva las ofrendas es señal que la Diosa escuchó el pedido y va a ser concedido. En cambio si la barca vuelve a la orilla, es porque Yemanyá ha desoído su súplica.
Cuenta la leyenda que se casó dos veces, primero con Orumlia (Señor de las adivinanzas), y después con Olofìn Odudua, rey de Ifè, con quién tuvo diez hijos, aunque en total se le atribuyen quince (todos dioses). Cuentan que un día, después de discutir con su marido, que había vuelto borracho, y después que este se burlara de los grandes pechos de Yemanyá, ella lo abandonó dirigiéndose hacia las tierras del oeste. Odudua envió entonces a su ejército a capturarla. Al verse rodeada, Yemanyá rompió contra el piso una garrafa con una sustancia que su padre le había dado para defenderse. Se formó entonces un gran río que llevo a la Diosa hacia el Mar, residencia de su padre.
Desde entonces se ha reconocido a Yemanya como Diosa del Mar, mientras que su padre es el Dios de ríos y lagos de agua dulce.
También se cuenta que un día Oloddumare-Olofi emitió un decreto que pedía a todos los orisha que fueran a su Efin (palacio). Yemanya estaba en la tierra en ese momento. Cuando la noticia del decreto llego a ella, estaba sacrificando un carnero, una de sus comidas favoritas. No deseando llegar con las manos vacías ante Olofi, y al no tener ningún otro regalo, coloco la cabeza del carnero en un plato de plata y la llevo al Creador. Mientras esto sucedía, ella fue la única de los orisha que pensó en llevar un presente a Olofi. Conmovido por esta atención, el Creador se levanto de su trono y dijo “Awoyo Ori Dori Re” (una cabeza tras, una de cabecilla serás). Y de ahí en adelante Yemanya fue colocada en un rango por encima de los otros orisha.
Origen
Yemayá es tan vieja como Obatalá, y tan poderosa, que se dice que es la más poderosa, pero por su carácter arrebatado perdió la hegemonía del mundo, y se le dio el dominio de la superficie de los mares, que al moverse de derecha a izquierda, representa el movimiento de las olas, y el carácter de su personalidad. Es la dueña de las aguas y representa al mar, fuente fundamental de vida y creencias.
Las prohibiciones son definidas en las ceremonias por el caracol de forma personalizada para cada iniciado. Normalmente tienen que ver con comidas que se le ofrecen a la deidad y que le son propias, especialmente pescados y mariscos.
Salutación
Sus hijos apoyan el cuerpo en el suelo de medio lado, alternando sobre el codo y lado izquierdo y derecho y le dicen: Omí o Yemayá, Omí Lateo, omí Yalodde.
Ofrendas
Le gustan mucho las rosas blancas. Cuando sus hijos tienen la salud quebrantada, deben llevar una canasta de rosas blancas a la orilla del mar y ahí llamar a Yemayá echándole las rosas blancas. Se le ofrenda Ochinchin de Yemayá hecho a base de camarones, alcaparras, lechuga, huevos duros, tomate y acelga, ekó (tamal de maíz que se envuelve en hojas de plátano), olelé (frijoles de carita o porotos tapé hecho pasta con jengibre, ajo y cebolla), plátanos verdes en bolas o ñame con quimbombó, porotos negros, palanquetas de gofio con melado de caña, coco quemado, azúcar negra, pescado entero, melón de agua o sandía, piñas, papayas, uvas, peras de agua, manzanas, naranjas, melado de caña, etc. Se le inmolan carneros, patos excepto a okute, gallos que suele comer con changó.
El color y vestimenta
El color Azul es el color tradicional de Yemaya, que en las tradiciones africanas establecidas en Cuba, se le llama a ella, La Madre del Mundo.
Se usa un bata adornada con serpentinas azules y blancas, símbolos del mar y la espuma, una especie de cinto ancho y un peto de forma romboidal. Si es hombre usará pantalones y todos los adornos que sugieran al mar. El color Azul ayuda a disolver tensiones.
Símbolos: Conchas, Caracoles, las Aguas del Océano y la Luna
Piedra: Axé
Animal sagrado: Hipocampo y Peces
Representación: Fertilidad y Maternidad
Celebración del día de Yemaya: 7 de septiembre y su número es el 7
Atributos
El sol, luna llena, ancla, salvavidas, bote, siete remos, siete aros de plata, estrella. Todos elaborados en plata, acero, lata o plomo.
Iruke (rabo de caballo con mango) adornado con cuentas azules y blancas.
Usa manto de burato ricamente adornado. Agogó (campanita) que se utiliza para saludar y para que preste atención cuando se habla con ella. Abanico con varillaje de nácar y oro adornado con cuentas y caracoles.
Agbebé‚ (abanicos redondos hechos de pencas de guano, adornados con plumas de pavo real, caracoles y cascabeles). Todos estos atributos son adornados con patos, peces, redes, estrellas, caballitos de mar, conchas y en miniatura, todo lo relativo al mar, siempre llevan cuentas azules y blancas alternas.
Yemaya de los Cinco Nombres
Yemaya, que es la dueña del muelle, de los aveiros, de la vida de sus hombres, tiene cinco nombres, cinco nombres dulces que todo el mundo conoce.
Se llama Yemaya, siempre se llamó así y ese es su verdadero nombre, dueña de las aguas, señora de los océanos.
Pero a los canoeros les gusta llamarla Janaína, y los negros, que son sus hijos predilectos, que danzan para ella y la temen más que todos, la llaman Inae devotamente o, en sus súplicas, la Princesa de Aiocá, reina de esas tierras misteriosas que se esconden en la línea azul que las separa de las otras tierras. Y las mujeres del muelle, que son simples y valerosas, Rosa Palmeirón, las mujeres de la vida, las casadas, las muchachas que esperan novio, le dicen Señora María, porque María es un lindo nombre, el más lindo de todos, el más venerado y se lo dan a Yemaya como un regalo, como si le regalaran una caja de jabones a su piedra del Dique.
Ella es una sirena, es la madre del agua, la dueña del mar, Yemaya, Janaina, la Señora María, Inae, la Princesa de Aiocá.
Ella domina los mares, ella adora la luna, que viene a ver en las noches sin nubes, ella gusta de las músicas de los negros.
Palabras Clave de la Diosa
Rendición, Armonía, Autocontrol y Equilibrio.
Afirmaciones de la Diosa
Me entregó a la corriente de la vida.
Me transportó a donde necesito estar.
Rendirse no es abandonar o darme por vencida.
Pido ayuda para hacer lo que necesito.
Me abro a algo más grande.
Me rindo a la apertura y la confianza en mi vida.
Fluyo en amor y en confianza.
Invocaciones a la diosa Yemayá
Para invocar a Yemayá y recibir sus bendiciones, es preciso seguir el ritual completo y la oración. Con esta invocación podremos obtener compasión, sabiduría, fertilidad, riquezas, inspiración, maternidad, fuerza femenina y riqueza natural. Hechizos de amor, rituales de fertilidad, hijos, sustentar la vida, quitar la tristeza, revelar misterios, proteger el hogar.
Puede ser invocada como Erzulie para la belleza, la buena fortuna y la buena salud.
Como Yemoja para curar la infertilidad, como Yemana para provocar la lluvia, como Emanjah para enseñar a los niños, como Yemayá Olokun para la magia de los sueños y para proteger a los bebés que todavía no han nacido.
Oración a Yemaya
Vos que gobernáis las aguas derramando sobre la humanidad tu protección, realizando, Oh Divina Madre, una descarga en sus cuerpos y en sus mentes, limpiando las aguas e infundiendo en sus corazones el respeto y la veneración debida a esa fuerza de la naturaleza que simboliza, permite que vuestras falanges nos protejan y amparen.
Te suplicamos Yemanjá poderosísima, Reina de las aguas este ruego a conseguir.
Con todo amor y justicia dadme fuerza precisa y necesaria para poder soportar todo.
En un mar de naturaleza y armonía quiero vivir.
Proteged a mis seres queridos de todos los males y peligros.
Salve yemanjá, Reina del Mar.
Ofreced una novena de flores blancas al solicitar la gracia, llevar al mar en un día de sol y buena mar un ramo de flores atadas con cinta celeste y lanzar sobre las aguas y al mismo tiempo entregar 9 monedas de uso legal dentro del agua orando por la gracia recibida.
Lámpara de prosperidad al pie de Yemaya:
1 envase de vidrio
7 monedas de diferentes denominaciones
1 azulillo
2 tazas de agua de manantial
1 velón blanco o azul
Preparación:
Coloque las dos tazas de agua en un envase y disuelva el azulillo, ubique el velón en el centro del envase, alrededor del velón coloque las monedas, encienda el velón y pídale a yemaya porque todos sus proyectos y metas puedan cumplirse, acostumbre siempre realizarle una ofrenda (frutas, sardinas, soro, ataná, otí, caramelos, maíz, yen de pluma, etc.), dependiendo de la obra a eleggua dándole conocimiento de lo que va a hacer para que el así le lleve el mensaje a olofin.
Oración
¡Oh madre de las aguas!
Grande es tu poder tu fuerza y tu luz
Grande es tu amor por tus hijos
Como lo es la sabiduría con que gobiernas
Desde todos los océanos y mares.
Haz que llegue a ti mi pedido
Y hazme los favores
De alejar de mí rumbo a mis enemigos
Y ahogar en mí, a mis temores.
Que no llegue a mi hogar la tristeza
Ni rencores o pesares
Que sea tu grandeza la mayor riqueza que me dispensares
Salve Yemaya
Cualquiera que fuera tu nombre, cualquiera las playas y costas
Que tus aguas besaren.
Cualquiera el ritmo incesante, de tus olas, de tus mares
Mi fe en ti deposito, como parte de la creación de Dios en la tierra
Y es por eso que te pido, y sé que mi ruego será atendido
Si es justo y bien por mí merecido.
Por favor mis queridos lectores entren a este enlace y por un momento lean la información sobre el programa, estaré agradecida por su tiempo y colaboración
(Please enter my dear readers this link and for a moment to read the information about the program, I will be grateful for your time and collaboration)
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